COMUCOSAS
“Pop” puede indicar que algo es popular, o puede ser una etiqueta de género musical que especifica un sonido.
En los 80, este tipo de música pop —Michael Jackson, Madonna— fue monocultural, por lo que los dos significados del pop han sido difíciles de desenmarañar. Pero en el último par de años, esta estructura ha sido desmantelada, en gran medida debido al streaming. Lo que alguna vez fue visto simplemente como subgéneros del pop —K-pop, trap latino, hip-hop melódico y más— se han convertido en el centro de la conversación. Esto es Pop 2.0 —música que proviene de varios ámbitos distintos, pero que funciona con su propia serie de reglas.
Antes, cuando se decía que artistas de hip-hop, country o hard rock incursionarían en el pop, eso implicaba que estaban sacrificando algo esencial. El pop era un toma y daca. Ahora, gracias a la evolución en la manera en que Billboard calcula sus listas de popularidad —tomando en cuenta el streaming además de las ventas y el tiempo aire en la radio— estos estilos encabezan las listas.
El hip-hop domina el streaming. El trap latino y el reggaeton florecen en YouTube. El K-pop, el sonido dominante de Corea del Sur, se ha vuelto popular online.
El hip-hop domina el streaming. El trap latino y el reggaeton florecen en YouTube. El K-pop, el sonido dominante de Corea del Sur, se ha vuelto extremadamente popular online a nivel mundial. Todo eso ha hecho que las listas de Billboard luzcan muy diferentes a hace una década.
Tome, por ejemplo, la lista de álbumes más populares de Billboard en la última semana de agosto de 2018. “Love Yourself: Answer”, del grupo de K-pop BTS, debutó en la primera posición. El siguiente debut mejor ubicado, en séptimo lugar, fue “Aura”, por Ozuna, el superastro de voz melosa del post-reggaeton, que también fue el artista más visto en YouTube este año.
Los diversos afluentes del hip-hop dominaron el resto del Top 10: Drake, el líder de la generación actual; el maximalismo tipo casa de los espejos de Travis Scott; los lamentos en rap-folk de Post Malone; las colisiones de rap emo de XXXTentacion y Juice WRLD, egresados de SoundCloud; además del hip-hop listo para memes de Cardi B.
Aunque han surgido de entornos distintos, estos artistas rapean y cantan, variando entre uno y otro o mezclando ambos. Sus estados de ánimo son melancólicos. Su producción toma prestado del trap, el enérgico rap del sur estadounidense de la última década. Algunos son bilingües y otros toman ideas de alrededor del mundo.
Ahora es momento de pensar en la música pop —la variedad de Katy Perry, Justin Timberlake y Britney Spears— como sólo un subgénero, un componente del pop. En su lugar figura este pop nuevo, totalmente moderno y cada vez más internacional, el resultado final de la evolución de géneros que se han estado acercando cada vez más entre sí durante más de una década.
El camino para este dominio fue allanado por el impulso del hip-hop en el pop-rap de finales de los 90 e inicios de la década de 2000. La crítica al hip-hop era que se había despojado de su mordacidad a cambio de la aprobación popular. Pero lo que realmente estaba sucediendo era la renovación de las herramientas del pop: el rock cediendo terreno al hip-hop e instrumentos reales cediendo el paso a programas informáticos, o siendo utilizados por ellos. Y además la Internet, que había comenzó a desregular el acceso a ciertos sonidos. El hip-hop se adaptó de inmediato y se difundió más rápido que nunca.
Al mismo tiempo, el hip-hop estaba mutando. La suavización melódica propuesta por Kanye West y Pharrell Williams fue tomada por Drake quien, a finales de la década de 2000, se convertiría en el distintivo agente de cambio del género. Los raperos delegaron partes cantadas entre sus versos. Drake se hizo cargo de ello, convirtiendo la melodía en el principal interés del género.
El origen de casi toda estrella o innovación importante en el Pop 2.0 en la última década tiene su origen en Drake —directa o indirectamente. Y esencialmente se ha disipado la relevancia de viejas estrellas de la versión 1.0, como Perry y Timberlake.
No obstante, Rihanna, la más moderna de todos los cantantes pop, tiene mucho de Pop 2.0. Es fluida, entona cómodamente baladas de R&B, música dance electrónica estruendosa y canciones apacibles.
Beyoncé es también flexible: su rap en “Everything Is Love”, su álbum colaborativo con Jay-Z este año, fue impresionante.
Fuente: Clarín
Escrito por Pejo Solernó
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